Génesis (19:24-29): «Hizo llover azufre y fuego»


Entonces el Señor desde el cielo hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra. Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.
Abraham se levantó muy de mañana, y fue al sitio donde había estado con el Señor. Y dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del valle, y miró; y he aquí que el humo ascendía de la tierra como el humo de un horno. Y aconteció que cuando Dios destruyó las ciudades del valle, se acordó Dios de Abraham e hizo salir a Lot de en medio de la destrucción cuando destruyó las ciudades donde él había vivido.


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Génesis (19:12-23): «No mires atrás, no te detengas»


Entonces los dos hombres dijeron a Lot:
—¿Tienes más familiares aquí? Toma a tus yernos, a tus hijos y a tus hijas, a todos los tuyos y todo lo que tengas en esta ciudad y sácalos de aquí, porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande delante del Señor, que el Señor nos ha enviado a destruirlo.
Y salió Lot y habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo:
—Levantaos, salid de este lugar porque el Señor destruirá la ciudad.
Pero ellos lo tomaron a broma. Al amanecer, los ángeles apremiaron a Lot:
—Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seáis destruidos en el castigo de la ciudad.
Y como no se decidía, los dos hombres tomaron su mano y la mano de su mujer y la mano de sus dos hijas, porque la compasión del Señor estaba sobre él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y aconteció que cuando los habían llevado fuera, uno le dijo:
—Huye por tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna parte del valle; escapa al monte, no sea que perezcas.
Lot les respondió:
—No, por favor. Ahora tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia, la cual me has mostrado salvándome la vida; mas no puedo escapar al monte, no sea que el desastre me alcance, y muera. Esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir para salvar mi vida.
Y él le contestó:
—He aquí que te concedo también esta petición de no destruir la ciudad de que has hablado. Date prisa, escapa, porque nada puedo hacer hasta que llegues allí.
Por eso la ciudad se llama Zoar. Y el sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.


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Génesis (19:1-11): «Los hombres de la ciudad rodearon la casa»


Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma al caer la tarde, cuando Lot estaba sentado a las puertas de la ciudad. Al verlos, Lot se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra, y dijo:
—He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis temprano y continuaréis vuestro camino.
Pero ellos dijeron:
—No, pasaremos la noche en la plaza.
Él, sin embargo, les rogó con insistencia, y ellos fueron con él y entraron en su casa; y les preparó un banquete y coció pan sin levadura, y comieron. Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción. Y llamaron a Lot, y le dijeron:
—¿Dónde están los hombres que han entrado en tu casa esta noche? Sácalos para que los conozcamos.
Lot se asomó a la entrada, cerró la puerta al salir, y les dijo:
—Hermanos míos, os ruego que no actuéis perversamente. Tengo dos hijas que aún no han conocido varón alguno; las traeré para que las traten como mejor les parezca, pero no hagan nada a estos hombres que se han hospedado bajo mi techo.
Pero ellos dijeron:
—Apártate de ahí; este individuo ha venido como extranjero y ahora está actuando como juez. Ahora te trataremos a ti peor que a ellos.
Y empujaban a Lot mientras intentaban forzar la puerta. Pero los visitantes alargaron el brazo, metieron a Lot en casa y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la entrada de la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se cansaban tratando de hallar la entrada.


Fotografía: Darren Moore – Anterior (18:23-33): «Soy polvo y ceniza» – Siguiente (19:12-23): «No mires atrás, no te detengas» – Inicio del Génesis – Diccionario y sumario del Génesis.


Génesis (18:23-33): «Soy polvo y ceniza»


Entonces Abraham se acercó y dijo:
—¿En verdad destruirás al justo junto con el impío? Supongamos que hay en la ciudad cincuenta inocentes, ¿en verdad la destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella? Lejos de ti hacer tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratados de la misma manera. ¡Lejos de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?
Y el Señor respondió:
—Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos.
Abraham repuso:
—Me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza. Tal vez falten cinco para los cincuenta justos, ¿destruirás por los cinco a toda la ciudad?
Contestó:
—No la destruiré si encuentro allí los cuarenta y cinco.
Abraham insistió:
—Tal vez se hallen allí cuarenta.
—No lo haré en atención a los cuarenta.
Abraham siguió:
—Que no se enfade mi Señor si insisto. Supongamos que se encuentran treinta.
—No lo haré si encuentro allí treinta.
Insistió:
—Me he atrevido a hablar a mi Señor. Supongamos que se encuentran veinte.
—No la destruiré, en atención a los veinte.
Abraham siguió:
—Que no se enfade mi Señor. Supongamos que se encuentran allí diez.
—En atención a los diez no la destruiré.
Y el Señor se fue tan pronto como acabó de hablar con Abraham; y Abraham volvió a su lugar.


Fotografía: Hoseyn Nazari – Anterior (18:16-22): «Descenderé ahora, veré y lo sabré» –Siguiente (19:1-11): «Los hombres de la ciudad rodearon la casa» – Inicio del Génesis – Diccionario y sumario del Génesis.


Génesis (18:16-22): «Descenderé ahora, veré y lo sabré»


Entonces los hombres se levantaron y dirigieron la mirada a Sodoma; Abraham los acompañó para despedirlos. Y el Señor se dijo:
—¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, puesto que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra? Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él, que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él.
Después dijo el Señor:
—El clamor de Sodoma y Gomorra es grande, y su pecado es sumamente grave. Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.
Y se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del Señor.


Fotografía: Emmanuel Correia · Cartografía: Sodoma y Gomorra, a orillas del Mar Muerto o Mar Salado – Anterior (18:1-15): «¿Tendré placer después de haber envejecido?» – Siguiente (18:23-33): «Soy polvo y ceniza» – Inicio del Génesis – Diccionario y sumario del Génesis.