Don Quijote de la Mancha (1605), de Miguel de Cervantes (cap. XXI, 6): «Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero: Este es el que venció a Brocabruno de la Gran Fuerza»
—No dices mal, Sancho —respondió don Quijote—, mas antes que se llegue a ese término es menester andar por el mundo como en aprobación18, buscando las aventuras, para que acabando algunas se cobre nombre y fama tal, que cuando se fuere a la corte de algún gran monarca ya sea el caballero conocido por sus obras, y que apenas le hayan visto entrar los muchachos por la puerta de la ciudad, cuando todos le sigan y rodeen dando voces, diciendo: este es el Caballero del Sol19, o de la Sierpe20, o de otra insignia alguna, debajo de la cual hubiere acabado grandes hazañas. «Este es —dirán— el que venció en singular batalla al gigantazo Brocabruno de la Gran Fuerza21; el que desencantó al gran Mameluco de Persia del largo encantamento en que había estado casi novecientos años». Así que de mano en mano irán pregonando sus hechos, y luego al alboroto de los muchachos y de la demás gente, se parará a las fenestras de su real palacio el rey de aquel reino, y así como vea al caballero, conociéndole por las armas o por la empresa del escudo, forzosamente ha de decir: «¡Ea, sus!22 Salgan mis caballeros, cuantos en mi corte están, a recebir a la flor de la caballería, que allí viene». A cuyo mandamiento saldrán todos, y él llegará hasta la mitad de la escalera y le abrazará estrechísimamente, y le dará paz, besándole en el rostro, y luego le llevará por la mano al aposento de la señora reina, adonde el caballero la hallará con la infanta, su hija, que ha de ser una de las más fermosas y acabadas doncellas que en gran parte de lo descubierto de la tierra a duras penas se pueda hallar. Sucederá tras esto, luego en continente, que ella ponga los ojos en el caballero, y él en los della, y cada uno parezca al otro cosa más divina que humana, y, sin saber cómo ni cómo no23, han de quedar presos y enlazados en la intricable red amorosa y con gran cuita en sus corazones, por no saber cómo se han de fablar para descubrir sus ansias y sentimientos. Desde allí le llevarán sin duda a algún cuarto del palacio, ricamente aderezado, donde, habiéndole quitado las armas, le traerán un rico manto de escarlata24 con que se cubra; y si bien pareció armado, tan bien y mejor ha de parecer en farseto25. Venida la noche, cenará con el rey, reina e infanta, donde nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de los circunstantes, y ella hará lo mesmo, con la mesma sagacidad, porque, como tengo dicho, es muy discreta doncella. Levantarse han las tablas, y entrará a deshora por la puerta de la sala un feo y pequeño enano, con una fermosa dueña que entre dos gigantes detrás del enano viene, con cierta aventura hecha por un antiquísimo sabio, que el que la acabare será tenido por el mejor caballero del mundo. Mandará luego el rey que todos los que están presentes la prueben, y ninguno le dará fin y cima sino el caballero huésped, en mucho pro de su fama, de lo cual quedará contentísima la infanta y se tendrá por contenta y pagada además por haber puesto y colocado sus pensamientos en tan alta parte. Y lo bueno es que este rey o príncipe o lo que es tiene una muy reñida guerra con otro tan poderoso como él, y el caballero huésped le pide, al cabo de algunos días que ha estado en su corte, licencia para ir a servirle en aquella guerra dicha.
18como en aprobación: como en noviciado. 19Caballero del Sol: probable referencia al Caballero del Febo, protagonista de la primera parte de Espejo de príncipes y caballeros (1526), o al Caballero del Frisol, personaje del Palmerín de Oliva (1511). 20Caballero de la Sierpe: probable referencia a Belcar, personaje del Palmerín de Ingalaterra (1547), o a Esplandián, hijo de Amadís de Gaula cuyas aventuras se narran en Las sergas de Esplandián (1510). 21Brocabruno de la Gran Fuerza: personaje de la invención de don Quijote para reforzar el argumento de que, antes de servir a rey o emperador, Sancho debe ganar nombre y fama en caminos y aventuras. 22¡Ea, sus!: expresión con el significado de ‘arriba’, ‘en pie’ o ‘adelante’. 23sin saber cómo ni cómo no: sin saber de qué manera. 24manto de escarlata: vestido de respeto o ceremonia que se ponía a los caballeros cuando se quitaban las armas y que acostumbraba a ser de escarlata, tela de seda o lino fino, teñida con cochinilla, y dibujos de hilo de oro. 25farseto: jubón de armar, jubón acolchado que se ponía bajo la armadura.
Fotografía: George G. Bain – Anterior (cap. XXI, 5): «Sería mejor servir a príncipe grande que tenga alguna guerra» – Siguiente (cap. XXI, 7): «Quedará concertado el modo que se han de hacer saber sus buenos o malos sucesos» – Primera parte del Quijote – Diccionario y sumario del Quijote.