Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser un experto cazador, hombre agreste y de campo, mientras que Jacob era hombre pacífico, que vivía como un beduino. Isaac prefería a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob. Un día, cuando Jacob había preparado un potaje, Esaú llegó del campo, cansado, y Esaú dijo a Jacob:
—Te ruego que me des un poco de ese guisado rojizo, pues estoy agotado.
Pero Jacob le dijo:
—Véndeme primero tu primogenitura.
Y Esaú respondió:
—He aquí, estoy a punto de morir, ¿de qué me sirve, pues, la primogenitura?
Y Jacob dijo:
—Júramelo primero.
Y él se lo juró, y vendió a Jacob sus derechos de primogénito. Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas; y él comió y bebió, se levantó y se fue. Y así malvendió Esaú la primogenitura.


Fotografía: Oleg Kozheltsev – Anterior (25:19-26): «Dos hijos y dos pueblos» – Siguiente (26:1-5): «A tu descendencia daré estas tierras» – Inicio del Génesis – Diccionario y sumario del Génesis.