
Fran Vega
Meriendas in excelsis
Fotografía: Rodney Smith
He estado unos cuantos días muy atareado poniendo en orden mis carpetas y cuadernos y tratando de solventar las muy distintas temáticas que en ocasiones afectan a los mundos circundantes, pues ni los más preciados recovecos de parloteo y vacación permanecen a veces ajenos a conflictos y molestias. Resulta que hace dos martes entró en el cafetín de Tadeo el vicesacristán de la parroquia de la Virgen de los Zuecos, que anhela ser nombrado subdiácono por el infraobispo comarcal y no deja de hacer méritos para alcanzar tan insigne dignidad. Y como a su inmaculado entendimiento había llegado la fama de las croquetas de gallina que en ese día de la semana todas las amistades degustamos en el cafetín, se encomendó al Altérrimo y cruzó la puerta de nuestra noble institución con el fin de predicar con el ejemplo y merendar allí mismo empanadillas de chicharrones con clarete de otra subcomarca, lo que a todos nos resultó inaudito y sorprendente. Así que se formó entre las mesas de guiñote un pequeño revuelo no exento de alboroto que terminó cuando el vicesacristán salió muy airado del local, profiriendo bienaventuranzas inaudibles y prometiendo no regresar jamás a un establecimiento en el que las croquetas de gallina priman sobre las empanadillas de chicharrones y el clarete en porrón de tres cuartillos. Pero tienen razón Argimiro y Teofrasto cuando dicen que volverá en cuanto se entere de que los jueves tenemos en la mesa arenques con guindillas y rosquillas de huevo con anís, meriendas de hosanna e in excelsis que son conocidas incluso más allá de los universos colindantes. Voy a dar un paseíto, que parece que ha despejado y se va a quedar buena tarde.
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© Fran Vega, 2018